“Mosquitos buenos”, más personas sanas
“Mosquitos buenos”, más personas sanas
A París llegaron mosquitos portadores de Wolbachia, una bacteria que impide que el dengue se desarrolle en estos insectos. Esta es la prueba piloto de la investigación que ejecuta el PECET y que busca disminuir los casos del virus en el barrio, uno de los más endémicos de Bello.
Una de las dinamizadoras de la comunidad libera un grupo de mosquitos durante el primer día. Foto: Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales, PECET.
Desde París en Bello, gran parte de Medellín se divisa con claridad. El barrio, con cerca de 44 mil habitantes, está ubicado en límites con el 12 de octubre y es una de las zonas del municipio donde se ha identificado uno de los más altos índices de contagio del virus del dengue pese al subregistro, según informes de las autoridades de salud.
Este año se han diagnosticado 68 casos en la Clínica de la fiebre, que funciona frente al Centro de salud del barrio y en la que se atiende gratis a las personas de la comunidad que presenten fiebre y se les practican exámenes de laboratorio para diagnosticar si hay o no presencia del virus. En Medellín 300 personas han contraído la enfermedad en 2015.
Esta fue una de las razones por las que desde el 26 de mayo llegaron a las cuadras y casas del barrio “mosquitos buenos”. Así llaman los investigadores a estos zancudos que portan Wolbachia, una bacteria natural presente hasta en el 60% de los insectos que nos rodean pero no en el Aedes aegypti que transmite en dengue; la bacteria impide que el virus se desarrolle en el mosquito. Además, "se tuvo en cuenta su cercanía con Medellín y que la comunidad valora mucho la presencia de la Universidad y está orgullosa de su barrio", menciona Iván Darío Vélez, director del Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales, PECET.
París no es un caso excepcional. Colombia tiene uno de los índices más altos de dengue en América Latina por sus condiciones climáticas y sociales para que viva el Aedes; en la industria no hay medicamentos que impidan la transmisión de la enfermedad y las personas se movilizan mucho de un lugar a otro, llevando consigo el virus. Esto último es importante si se tiene en cuenta que cada año se presentan 390 millones de casos de dengue en el mundo.
Del laboratorio al barrio
A las 5:00 de la mañana, un equipo del Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales, PECET, y de voluntarios de la Fundación Mi Gente recorre las cuadras del barrio y abre cada uno de los recipientes plásticos en los que son llevados los mosquitos, hembras y machos, que tienen una gran tarea: reproducirse y así transmitir la Wolbachia a los demás de su especie. Por eso con esta prueba piloto se espera que se reduzcan los casos de dengue entre la comunidad.
El estudio hace parte de “Eliminar el dengue nuestro desafío”, proyecto liderado y financiado por la Universidad de Monash en Australia, institución con la que la Alma Máter tiene una alianza estratégica. La investigación, que ha sido exitosa en laboratorio, se está llevando a campo en Australia, Indonesia, Vietnam, Brasil y ahora en Colombia donde el PECET fue escogido para ejecutarla; en ella trabajan desde hace más de dos años biólogos-entomólogos, microbiólogos, bioingenieros, médicos, comunicadores y promotores sociales. El proceso de socialización en la comunidad incluyó la recolección de consentimientos informados de más de 5000 personas para liberar mosquitos cerca de sus casas.
Sebastián Pérez vive en París y sabe que se han presentado casos de dengue: “con estos mosquitos lo que esperamos es que esos casos disminuyan y la comunidad lo pueda ver”.
Una vez por semana serán liberados mosquitos en el barrio. El proceso se estima que durará un poco más de dos meses, tiempo en el que se hará seguimiento a los insectos y al número de casos de la enfermedad. Los resultados de esta prueba se conocerán a principio del 2016 y con ellos se tomarán decisiones respecto a la aplicación en otras zonas.“
Buscamos impactar todo el barrio, que sea el primer barrio sin dengue en la ciudad. La idea es que Colombia sea el epicentro del control biológico para los países Andinos, Centroamérica y el Caribe. Somos es el epicentro en el país y el PECET será la biofábrica. Luego escalaremos a una ciudad con más de 500 mil habitantes, a todo el país y a otros países vecinos”, afirma el investigador Iván Darío Vélez.
Alimentación minuciosa de huevos a adultos
Los huevos portadores de Wolbachia fueron donados e importados desde la Universidad de Monash y luego cultivados en los laboratorios del PECET donde se estandarizó la bacteria en los mosquitos. Ya en el insectario se realizaron los cruces por más de 15 generaciones de Aedes con los mosquitos capturados en el barrio.
El ciclo biológico es el siguiente. Los huevos se introducen en agua con levadura para facilitar la eclosión; luego las larvas se alimentan durante toda una semana con comida para peces; a la semana siguiente se retiran las pupas de los baldes y después de ese estado emerge el adulto. Este grupo es separado, unos para liberación y otros para continuar con la cría.
Las hembras se alimentan cada semana. Para ellas, en una botella con agua a 37 grados centígrados se ata una mota de algodón impregnada con sangre humana procedente del Banco de sangre de la Universidad. Los machos, por su parte, consumen solución azucarada también impregnada en algodón. En cada jaula con 600 mosquitos, 300 machos y 300 hembras, se introducen algodones con sangre y solución azucarada.
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