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Estudian el aire del campus UdeA durante episodio de contaminación atmosférica

04/10/2023
Por: Yessica López Quintero - Comunicadora G-Lima

El 30 de septiembre culminó el segundo episodio de contaminación atmosférica en el Valle de Aburrá en el 2023, según las proyecciones del Amva. Durante este periodo investigadores de la UdeA midieron el material particulado PM2.5 en la Ciudad Universitaria. Los resultados de esta medición, realizada por el grupo de investigación G-Lima, se conocerán en los próximos meses y permitirán identificar las principales fuentes de contaminación en el campus.

Estaciones de monitoreo ubicadas en la terraza del cuarto piso del Bloque 20 de la CIudad Universitaria de la UdeA. Foto: G-Lima / Roxana Bedoya Saldarriaga.

Desde la terraza del cuarto piso del Bloque 20 —uno de los edificios de la Facultad de Ingeniería—, dos estaciones de monitoreo de alto y bajo volumen de PM2.5 midieron el material particulado que circuló en la Ciudad Universitaria de la UdeA, en Medellín, durante el segundo Período de Gestión de Episodios de Contaminación Atmosférica, que ocurrió entre el 18 y el 30 de septiembre, según la Resolución Metropolitana 2356 emitida por el Área Metropolitana del Valle de Aburrá —Amva—. 

Los Períodos de Gestión de Episodios de Contaminación Atmosférica pueden ser generados por las diferentes fuentes de contaminación local o por fuentes externas como el polvo de arena del desierto del Sahara o quemas de biomasa en el norte de Suramérica y la región del Amazonas. Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales —Ideam—, el contaminante con mayor potencial de afectación en el territorio nacional es el material particulado menor a 2,5 micras —PM2.5—, constituido por partículas muy pequeñas y emitido directamente en todos los procesos de combustión, que además puede transportar material muy peligroso para la salud como metales pesados y compuestos orgánicos, afectando de este modo las vías respiratorias.

Por ello, explicó David Aguiar Gil, en este tipo de episodios las autoridades ambientales competentes son las que deben realizar las mediciones de los contaminantes de acuerdo con los procedimientos, frecuencias y métodos establecidos en el Protocolo para el Monitoreo y Seguimiento de la Calidad del Aire. «Su objetivo es identificar cuáles son las principales fuentes de contaminación atmosférica en el Valle de Aburrá», dijo el profesor e investigador del Grupo de Investigación y Laboratorio de Monitoreo Ambiental de la UdeA —G-Lima—.

Aunque la medición se hace a través de estaciones ubicadas en varios lugares del Valle de Aburrá, en esta ocasión la Universidad se dio a la tarea de monitorear el impacto específico de este episodio en la Ciudadela Universitaria, que según se estima es visitada por cerca de 25 000 personas. «El ejercicio se enmarca en un proyecto de caracterización química, morfológica y mineralógica de PM2.5 y PM10, adelantado por el G-Lima con recursos del Comité para el Desarrollo de la Investigación —Codi—, de la Vicerrectoría de Investigación», anotó Aguiar. 

De acuerdo con el investigador, los resultados de dicho monitoreo, con sus evidencias científicas, serán dados a conocer en el primer semestre del 2024. «Ese conocimiento le aportará a la gestión de la calidad del aire, pues ampliará la comprensión de la problemática ambiental que se presenta, principalmente en épocas de contingencia», agregó. 

Cada año, en el Valle de Aburrá, están previstos dos episodios de este tipo; el primero entre los meses de febrero y abril; el segundo, entre septiembre y noviembre. Durante ambos episodios la calidad del aire en el Valle de Aburrá se ve afectada por las altas concentraciones de material particulado PM10 y PM2.5. La transición de época seca a época de lluvias y viceversa, que se presenta en estos periodos, propicia el aumento de la nubosidad, la reducción de la radiación solar incidente sobre la superficie y la estabilidad atmosférica en horarios con altas emisiones de contaminantes. 

El material particulado atmosférico es un contaminante que puede ser de origen natural o antropogénico. El PM2.5 hace parte del segundo grupo, dado que resulta de los procesos que demandan combustibles fósiles, principalmente en la industria y el transporte. El monitoreo de este material contaminante se realiza con equipos especializados, con los que cuenta el laboratorio de G-Lima, que está acreditado por el Ideam.

Caracterizar el PM2.5 —reconocido como el contaminante con mayor potencial de afectación en el mundo—, equivale a registrar muestras de sus microscópicas partículas cada 24 horas. Después, mediante técnicas de laboratorio, se analizan sus componentes —sustancias químicas como compuestos de carbono, minerales, iones y metales—, lo cual permite identificar cuáles son las fuentes de emisión en puntos estratégicos de una zona urbana. 

La importancia de caracterizar PM2.5 radica en que, además de mostrar sus altas concentraciones en la atmósfera, precisa las sustancias tóxicas que contiene este material y que impactan el ambiente y la salud humana. El PM 2.5 es totalmente respirable. Ingresa al sistema respiratorio, puede depositarse en los alvéolos pulmonares y llegar al torrente sanguíneo, en donde produce efectos como el aumento de las enfermedades respiratorias y cardíacas

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