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Ofrecer garantías en los procesos y posibilidades de conciliación, son claves de la nueva estructura disciplinaria de la Universidad de Antioquia. Foto: Dirección de Comunicaciones.

Los procesos disciplinarios de los funcionarios públicos —empleados y profesores— y de los estudiantes de la Universidad de Antioquia dependen actualmente de dos unidades, una de ellas adscrita a la Vicerrectoría Administrativa y otra a la Vicerrectoría de Docencia. Esto cambiará una vez se empiece a aplicar la nueva estructura disciplinaria de la institución.

La nueva estructura prevé que los procesos disciplinarios serán asumidos por una unidad adscrita a la rectoría, bajo un modelo garantista según el cual la instrucción o investigación serán adelantadas por personas diferentes de aquellas que tomen las decisiones: «En lo que tiene que ver con los servidores públicos se adoptan las disposiciones de la Ley 2094 de junio de 2021, y como suele ocurrir en cualquier sistema sancionatorio moderno habrá dos fases definidas. En la primera un equipo indagará lo ocurrido y en la segunda otro equipo decidirá sobre la responsabilidad disciplinaria», explicó el secretario General de la UdeA, William Fredy Pérez Toro.

En el caso de los estudiantes, el proceso también se estructurará en fases diferenciadas, asumidas por los dos equipos de la Unidad, que en este caso cumplirán con las funciones contrarias en materia de instrucción y decisión. En estos procesos, que se adelantarán de conformidad con las definiciones existentes en la normativa universitaria y con un proceso diferente de aquel que se ordena legalmente para los servidores públicos, existe una mayor posibilidad de desarrollar un trabajo pedagógico y de otorgar incidencia a la resolución alternativa de conflictos, anotó Pérez Toro. 

Al respecto el director Jurídico de la UdeA, José Agustín Vélez Upegui, aclaró que la nueva estructura permitirá superar vacíos existentes y garantizar el debido proceso cuando se trate de investigaciones contra los estudiantes. «Están las reglas claras y así se puede ejercer de manera más efectiva el derecho a la defensa», añadió.   

Soluciones concertadas 

La nueva Unidad de Asuntos Disciplinarios albergará entonces los casos de todos los miembros de la comunidad universitaria y dependerá directamente de la rectoría, en el marco de una idea de convivencia universitaria que ha de fortalecer el papel de la Unidad de Resolución de Conflictos, «que es un proyecto de la Alma Máter desde hace cuatro años y que se ofrece como una oportunidad para resolver las disputas de manera concertada, sin intervención de terceros», dijo el director Jurídico Vélez Upegui. Y agregó: «En los casos de asuntos menores, la disputa podrá llegar al final en esta instancia, siempre y cuando las partes acudan voluntariamente a la Unidad de Resolución de Conflictos y se pongan de acuerdo». Son competencia de esta instancia, aclaró el director, los hechos no negociables, no desistibles o relacionados con delitos.

Para definir los casos que pueden ser abordados en la Unidad de Resolución de Conflictos, no se puede hacer una lista taxativa, porque incluso situaciones simples o negociables se pueden convertir en procesos disciplinarios, cuando una de las partes insiste en diferir el conflicto hasta un proceso disciplinario. Pero también puede ocurrir que la falta no logre evitar un proceso disciplinario, pero que la sanción disminuya considerablemente por haberse logrado una concertación en la Unidad, manifestó el secretario General.

«La estrategia está pensada integralmente para recuperar el valor de las palabras y resolver situaciones cotidianas de la vida universitaria, que en otros momentos se han convertido en procesos desgastantes, tanto para las partes como para la institución», José Agustín Vélez Upegui. 

Más garantías

En cuanto a los procesos disciplinarios, los dos grupos que estarán al frente de la instrucción y decisión, o viceversa, siempre podrán acudir a expertos de la Universidad de Antioquia en diversos temas, con lo cual el investigador o el fallador amplían considerablemente la información, los enfoques o el contexto, lo cual permite tomar decisiones mucho más meditadas, justificadas y acertadas.

«Otra cosa importante es que las decisiones que tome la unidad de asuntos disciplinarios no son por supuesto definitivas, pues los fallos se pueden apelar, en el caso de los estudiantes ante el Consejo Académico y de los servidores ante el rector», aclaró el secretario General. 
La estructura crea además la posibilidad de que el rector sea investigado por miembros que seleccionará el Consejo Superior Universitario, una instancia en la cual el representante legal de la UdeA no tiene voto.

Según William Fredy Pérez, para el diseño de la nueva estructura disciplinaria se consultó la opinión del Comité de Conciliación, de las unidades de asuntos disciplinarios y la División de Arquitectura de Procesos. Se ha socializado con los representantes de los profesores ante el Consejo Académico y el Consejo Superior y la Asociación de Profesores. Igualmente, el proyecto ha sido discutido en el Consejo Académico, en las comisiones permanentes del Consejo Superior CAA y CAAF, y en la plenaria del Consejo Superior Universitario.

Luego de la aprobación en primer debate, se concertó el proceso de socialización y se dispuso de un enlace en el Portal Universitario para recibir retroalimentación de los demás miembros de la comunidad universitaria y de la ciudadanía.

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