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Ciencia Vida

Concepciones del tiempo en tres tipos de insectos

09/07/2024
Por: Natalia Piedrahita Tamayo- Periodista

Lo que los humanos nombramos calendario es para ciertos grupos de insectos una marca temporal que determina sus ciclos de vida, su relación con la alimentación y la reproducción. Aunque la mayoría de los animales establecen sus lapsos con relación a la luz solar o lunar, muchos tienen en cuenta fenómenos asociados a la humedad o la sequía, como la lluvia. ¿Qué se sabe sobre cómo algunos insectos cuentan el tiempo? 

  

Melonlothinae de la especie Ancognatha vulgaris que reposa en el Laboratorio de Entomología de la Universidad de Antioquia. Foto: Juliana Torres-Toro.

El marceño, conocido también como «abrilero» o «cucarrón de mayo», es un escarabajo que habita varias regiones de Colombia, especialmente el Oriente antioqueño. Su nombre está ligado a un periodo del año por la particular relación que, según la observación de sus dinámicas, establece con ciertos momentos de intensas lluvias o sequías para actividades fundamentales como la reproducción. La historia de este flamante volador, de nombre científico Phyllophaga obsoleta, está marcada por la longeva trama evolutiva de su subfamilia, Melolonthinae, de la que en la actualidad se conocen más de 20 000 especies en la Tierra y cuyos primeros registros son de hace más de 50 millones de años.   

¿Existen calendarios en los insectos? 
 

«Los cucarrones marceños tienen un periodo en el que “emerge” una cantidad enorme de sus individuos en épocas definidas del año. Por ejemplo, cuando finaliza la sequía y empieza el invierno —de marzo a abril y de septiembre a octubre—, que es el periodo en el que comienzan las lluvias y, por ende, el momento en que las condiciones del suelo cambian y hay mayor humedad. Justo en estos lapsos se activan y pasan al estadio de adulto, coincidiendo con el momento en que se dan las señales de la naturaleza que modelan la temperatura», narró Martha Isabel Wolff  Echeverri, investigadora y coordinadora del Grupo de Entomología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Antioquia.   

En este ciclo biológico están implicados todos los reinos de la naturaleza: las lluvias también disparan la floración en árboles o arbustos y, asimismo, las señales o directrices fisiológicas para que estos cucarrones, y otras especies, nazcan como adultos voladores. Es un periodo que en la biología se denomina de «emergencia», pero cuyo significado no tiene nada que ver con urgencia, sino que la palabra adquiere otra connotación derivada del verbo emerger, es decir, brotar o surgir.   

«Es una declaratoria de que los cucarrones marceños ya son adultos, entonces emergen del suelo en zonas en las que hay potreros y monocultivos en grandes cantidades como en el Oriente antioqueño y en el municipio de San Pedro de los Milagros, en el norte de Antioquia. Mis estudiantes, habitantes de esta región, cuentan cómo en las noches estos insectos llegan a sus casas en el mismo momento del periodo de floración, por ejemplo, del aguacate, y esta disponibilidad de alimento estimula la cópula y, a su vez, las plantas quedan polinizadas para que su ciclo reproductivo comience de nuevo. Esto es un calendario biológico», detalló Wolff Echeverri.   


Los escarabajos peloteros    
 

Escarabajo pelotero o Sisyphus schaefferi. Foto: Shutterstock/ aaltair.

Scarabaeus viettei es un habitante de zonas semidesérticas y estepas —semidesierto frío— que quiere mantener limpio su hábitat, para ello utiliza su habilidad para hacer bolitas de estiércol. Funciona así: mediante sus antenas capta el olor de las partículas de boñiga que son de su gusto; entonces, inteligentemente, se dirige a ellas por debajo de la tierra para que no lo vean o depreden otros animales que lo acechan. Este es su mecanismo de alimentación y crecimiento. En el caso de este insecto, sus actividades están determinadas por los rayos de luz solar polarizada que marcan su agenda diaria. En este caso, son las variaciones en la iluminación las que le dan las pistas a su sistema de visión para cambiar actividades de vuelo, alimentación y reproducción.  

Alteraciones del calendario de las abejas sin aguijón  
 

Abejas sin agüijón. Fotos: Dirección de Comunicaciones/ Alejandra Uribe Fernández.

La Megalopta genalis, especie de abeja habitante de Colombia y otros países de Centroamérica y Suramérica, es investigada por la entomóloga colombiana Ana María Gutiérrez Zuluaga, investigadora doctoral de la Universidad de Utah. El comportamiento de estos insectos puede ser alterado por eventos funestos: «Nuestro estudio demuestra que las obreras huérfanas de esta especie, es decir, aquellas que ya no cuentan con la figura de la reina —que es como una guía— alteran sustancialmente su comportamiento, provocando un aumento de su longevidad; además, comienzan a poner más huevos, lo que incrementa su reproducción en ausencia de esta figura», explicó.  

Desde la perspectiva de Wolff  Echeverri, quien durante más de treinta años observó la dinámica de diferentes tipos de insectos, la necesidad de adaptación para su supervivencia les ha permitido relacionarse con el tiempo a partir de la oportunidad y la sincronía. Son organismos que, durante más de 400 millones de años, han sorteado dificultades evolutivas relacionadas con la permanencia de las especies y con ello han cambiado a través de las cinco extinciones que se han dado en la Tierra —cretácica, triásica, pérmica, devónica y silúrica—, sin perder su capacidad de mantener el equilibrio, por ello, para los humanos son especies maestras.   

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