Sociedad

En el 2023 se reportaron 205 situaciones de VBGyS, de las cuales 134 —65 %— no ocurrieron en el desarrollo de la misión institucional y 121 —59 %— ocurrieron fuera de las instalaciones físicas de la Universidad. Foto: Dirección de Comunicaciones / Alejandra Uribe

«En 2019, cuando iniciamos con esta labor, atendimos 70 casos, mientras que durante el 2023 atendimos 205 —183 mujeres, 21 hombres y 1 persona que prefirió no otorgar esta información—.  Esto no quiere decir que haya una mayor incidencia de los casos, sino que hay mayor conocimiento y que las víctimas cada día entienden más que lo que les pasa no es normal, que son violencias que han sido naturalizadas tradicional y culturalmente». afirmó Marcela Ochoa Galeano, directora de Bienestar Universitario de la Universidad de Antioquia. 

«¡Por un multicampus libre de violencias basadas en género!», fue el conversatorio que esa dependencia realizó el 5 de abril del 2024 para presentar a la comunidad universitaria y sociedad en general el balance de la gestión de los últimos cinco años en torno a la atención y seguimiento de los casos de violencias basadas en género y sexuales —VBGyS— que han reportado diferentes miembros de la comunidad universitaria a través de la Ruta Violeta —guía institucional para la atención integral, investigación y sanción. Allí, además, se dieron a conocer los logros alcanzados a la fecha y los retos a enfrentar en el 2024.

En el 2023 el Equipo Violeta atendió a 203 personas: 183 mujeres —89.2 %—, 21 hombres —10.3 %— y una persona que prefirió no responder esta pregunta. Ellas reportaron 205 situaciones de VBGyS, de las cuales 134 —65 %— no ocurrieron en el desarrollo de la misión institucional y 121 —59 %— ocurrieron fuera de las instalaciones físicas de la Universidad. 

Laura Pineda Corcho, coordinadora del Equipo Violeta —el grupo de profesionales conformado por la Universidad para brindar una atención integral de este tipo de violencias— aseguró que si bien en el primer trimestre del 2024 se realizaron más atenciones —79 casos de VBGyS: 73 mujeres, 4 hombres y 2 personas binarias— frente al mismo periodo en años anteriores, no se trata de un indicador negativo, sino que da cuenta del aumento de la confianza de la comunidad universitaria para acercarse y pedir ayuda. «Esto lo que permite ver es que hay más confianza institucional, más confianza en esta ruta a la que están llegando a solicitar nuestra atención», afirmó Pineda. 

Varios han sido los logros alcanzados durante estos primeros cinco años de la apuesta institucional de prevención y atención de las VBGyS. El más importante, resaltó Ochoa Galeano, es contar con unos canales y mecanismos de atención definidos y formalizados mediante el «Protocolo para la prevención, atención y sanción de las violencias basadas en género y violencias sexuales», en la Universidad de Antioquia.

«Ha sido un trabajo arduo de todos las instancias concernidas, desde la capacitación en el tema, la actualización normativa, la conformación de equipos especializados e, incluso, la identificación de los alcances y competencias de la UdeA frente al tratamiento de casos de VBGyS», explicó Ochoa, directora de bienestar universitario.

La comprensión del alcance institucional para proceder ante este tipo de violencias en el marco del bloque de constitucionalidad, la ley y el mismo protocolo existente para la prevención, atención y sanción de las VBGyS, incide en la percepción frente a la efectividad de la Ruta Violeta. Según comentó Ochoa, debe, en cualquier caso, garantizarse los derechos y la presunción de verdad en la víctima, así como el debido proceso para el presunto victimario.

«Uno de los retos del Equipo Violeta es que las personas puedan acceder a la ruta y sentir que están encontrando un respaldo institucional comprendiendo que este está definido por unas competencias. La Universidad puede hacer lo que la ley y sus propias normas le permite», enfatizo la directora de Bienestar Universitario. 

Diferenciar si las VBGyS se presentan al interior de alguno de los campus de la Universidad, si el perpetrador tiene algún vínculo con la institución o si la agresión se presentó en el desarrollo de alguno de los ejes misionales de la Alma Máter, son parámetros que ayudan a determinar la competencia de la Universidad frente a esos casos. Por ejemplo, frente a los casos que ocurrieron dentro de la Universidad en el 2023, se realizaron 85 remisiones a 61 personas para rutas de atención y sanción internas, hubo 28 remisiones de psiquiatría y psicoterapia y 18 remisiones a instancias externas como la Fiscalía.

De los 84 casos atendidos que ocurrieron dentro de la Universidad, 69 eran mujeres, 14 hombres y una persona que prefirió no responder esta pregunta. El 76 % de las personas que consultaron como agredidos y agredidas eran estudiantes; sus ofensores u ofensoras, corresponden a un 40 % de estudiantes y un 35 % de docentes.

En el ámbito de los casos atendidos que ocurrieron dentro de la Universidad, el Informe de atenciones realizadas por las duplas psico jurídicas del Equipo Violeta durante el 2023, también categorizó seis tipos —que en total suman 30 subtipos— de «situaciones de violencias recibidas en consulta». Esas seis categorizaciones corresponden a violencia psicológica, violencia sexual, violencia física, violencia sexual informática, violencia institucional, violencia por prejuicio. El mayor número de casos en estos tipos se dieron en violencia psicológica, con 46 denuncias; y en violencia sexual, con 40 registros.

Ochoa Galeano reiteró que cuando como institución no hay competencia para sancionar al perpetrador, por ejemplo porque no tiene vínculo con la Universidad, «sí acompañamos a la víctima en las tres rutas que contempla el componente de atención integral —salud, justicia y protección— y, en todo caso, se remite la denuncia a la instancia que sí tenga esa competencia, aun más si se está ante la comisión de un delito, en cuyo caso se remite a la fiscalía. Esa es una obligación de todo servidor público», advirtió.

Mucho por hacer para lograr una UdeA libre de VBGyS

El mayor número de casos de VBGyS reportados durante el 2023 estuvieron relacionados con violencia psicológica, con 46 denuncias. Foto: Dirección de Comunicaciones / María Camila Monsalve.

Fortalecer los procesos de atención de casos de VBGyS ha sido el enfoque principal de la Dirección de Bienestar Universitario, lo que ha permitido que a la fecha la UdeA cuente con un equipo de atención integral que ofrece servicios bien definidos, como atención psicológica individual con enfoque de género, psicorientación, orientación jurídica a reportantes y atención psico jurídica a las víctimas. La dupla permite abordar de manera paralela las necesidades emocionales y legales de las personas afectadas.  

Sin embargo, para Ochoa Galeano, esta es solo una de las líneas de trabajo y, advirtió, es momento de centrar la atención en otra: la prevención. «Con el balance realizado al finalizar el 2023 concluimos que ya generamos y pusimos en marcha unos mecanismos de atención que, si bien deben seguir fortaleciéndose, ahora es momento de concentrarnos en la prevención. De hecho, decidimos complementar la intención de nuestra campaña, iniciamos con el “No Género Violencia” y ahora el lema al que queremos dar mucha fuerza es “Yo Género Equidad”», explicó Ochoa. 

Desde el 2018 hasta lo que va corrido del 2024 se han registrado más de 9000 participaciones en actividades enfocadas en la prevención de VBGyS en la UdeA. 

En este camino se trabaja en la elaboración de una segunda versión del protocolo para la prevención, atención y sanción de las violencias basadas en género y violencias sexuales, alineada con el Proyecto PAI Equidad de Género como una apuesta interdisciplinaria para avanzar en la construcción colectiva de una política universitaria integral de equidad de género. 

«La versión dos del protocolo considerará aspectos que en la primera versión no tuvimos, no porque no quisimos, sino porque finalmente en esa primera elaboración estábamos muy enfocadas en el tema de atención. Hoy ya tenemos mucho más clara la importancia que tiene enfocar estas acciones para impactar otros frentes. Esta nueva versión nos involucra a todos y todas, por lo que es fundamental lograr que nos impliquemos en esta transformación», comentó Isabel Cristina Jaramillo, coordinadora de prevención del Equipo Violeta.  

La transformación cultural, ese es el reto, desnaturalizar esas violencias socialmente aceptadas por tradición, como los comentarios sexistas y homófobos y aquellos que perpetúan un prejuicio en el que se califica la capacidad de alguien tomando como criterio el género con el que se identifica: «la enfermería no es para los hombres» o «la ingeniería no es para mujeres». 

«No todo se soluciona desde lo sancionatorio, hay situaciones que se pueden trabajar desde la sensibilización, la educación y con metodologías alternativas de resolución de conflictos. Esto no quiere decir que sean casos a los que no se les da importancia, sino que se les dan otro tratamiento más orientado a la formación y a la prevención», expresó Ochoa.