Ciencia

El Maria S. Merian es una plataforma de investigación multidisciplinaria financiada por la Sociedad Alemana de Investigación —DFG— y el Ministerio de Educación Federal de Educación e Investigación alemán. Foto: cortesía Universidad del Norte.

Este jueves 20 de octubre zarpó el buque científico María S. Merian con destino a bocas de ceniza —el punto de desembocadura del río Magdalena en el Mar Caribe—. El periplo por el delta de este afluente, según lo planificado, irá hasta el 14 de noviembre, cuando regresará nuevamente al puerto de Cartagena cargado de datos y muestras de agua y sedimentos que permitirá al grupo de científicos colombianos y alemanes que lo tripularán, continuar embarcados en profundas investigaciones.

«Hemos discutido este proyecto con colegas colombianos durante mucho tiempo y es fantástico poder hacer realidad el sueño de un crucero conjunto en aguas colombianas», señaló Christian Winter, director del Instituto de Geociencias de la Universidad de Kiel y líder del grupo alemán, quien explicó que esta  expedición reúne a un equipo único de estudiantes e investigadores de las universidades del Norte, de Antioquia y Nacional de Colombia Sede Medellín; así como del Centro de Innovación y Tecnología de Ecopetrol y de las aliadas alemanas: el Instituto Leibniz para la Investigación del Mar Báltico —IOW— y la Universidad de Kiel.

Entre los tripulantes, por parte de la UdeA, estará el ecólogo marino José M. Riascos. Para el profesor y coordinador del programa de doctorado en Ciencias del Mar de la Universidad de Antioquia, este crucero es una oportunidad fantástica para evaluar procesos bentónicos en el fondo marino, influenciados por la carga de agua y sedimentos del río Magdalena y la acumulación de materiales antropogénicos, principalmente en forma de microplásticos, en escalas de tiempo conteporáneas. 

«Esto arrojará luz sobre las conexiones y los efectos de las actividades humanas terrestres mucho más allá de la costa, en mar abierto», precisó Mónica Zambrano, integrante del Grupo de Investigación Sistemas Marinos y Costeros —Gismac— y docente enfocada a la línea de investigación en calidad ambiental marina de la Universidad de Antioquia. Riascos será el encargado de colectar la información y el material que estudiarán en la Alma Máter tanto Zambrano como otros grupos de investigación interesados en analizar diversos aspectos del delta del Magdalena. 

Aunque los investigadores de estas seis instituciones trabajarán y permanecerán en el barco juntos durante 26 días, una vez en tierra, ya en sus laboratorios y espacios de investigación, serán varias semanas o años las que se tomarán para analizar los datos y las muestras que obtendrán.

De gran interés científico interdisciplinario

La embarcación está tripulada por investigadores de la Universidad del Norte, la Universidad Nacional sede Medellín, la Universidad de Antioquia, el Instituto Colombiano del Petróleo de Ecopetrol; de la Universidad de Kiel y del Instituto Leibniz para la Investigación del Mar Báltico. Foto: cortesía Universidad del Norte. 

El estudio explorará las aguas de la Región de Influencia de Agua Dulce —Rofi, por sus siglas en inglés— del río Magdalena y la sedimentología del delta y el sistema de abanicos de mar. En la desembocadura del río, las aguas se mezclan y producen complejos patrones de transporte de agua dulce, sedimentos, nutrientes y contaminantes a lo largo de la costa, plataforma y mar abierto del Caribe que son de gran interés científico interdisciplinario.

El primer objetivo es evaluar la extensión, composición y dinámica de la pluma de sedimentos del río. Además de ello, se estudiará in situ las dimensiones instantáneas, la estabilidad, la extensión, las condiciones de mezcla y la estructura de la pluma del río, así como los sólidos suspendidos totales, la dinámica de la picnoclina y los procesos turbulentos.

«Combinamos métodos hidroacústicos a bordo de barcos, muestreo directo —sedimento y columna de agua— en transectos específicos y observaciones del fondo marino con un observatorio autónomo del fondo marino —módulo de aterrizaje— en estaciones seleccionadas. Así se explorarán varias estaciones con diferentes características morfológicas, sedimentológicas y biológicas», explicó Óscar Álvarez, profesor de la Universidad del Norte y coinvestigador principal del crucero.
 
Las investigaciones cuantificarán las conexiones sedimentarias modernas entre la desembocadura del río, el delta activo y las zonas costeras adyacentes, centrándose en el impacto humano de los cambios sedimentológicos y morfológicos. Se han identificado tres cañones en datos preliminares del sistema deltaico, los cuales se mapearán utilizando una ecosonda multihaz y un perfilador de subfondo Parasound. Las posiciones para los núcleos de caja y los núcleos de gravedad a lo largo de las estructuras de cañones y diques se definirán en función de los datos hidroacústicos. Los núcleos de sedimentos se recuperarán para la verificación en tierra de los perfiles del subsuelo y las investigaciones biogeoquímicas.

Gladys Bernal, docente de la Universidad Nacional, señaló que también explorarán la hipótesis de una posible interacción entre el RM Rofi y el sistema de surgencia de La Guajira. «Tomaremos muestras de agua y muestras de sedimentos en un transecto a La Guajira, y las analizaremos en diferentes laboratorios en Alemania y Colombia».

El río Magdalena actúa como un eslabón clave en el ciclo biogeoquímico del carbono regional y podría ser responsable de la mayor exportación de carbono orgánico terrestre a la Cuenca de Colombia. Por ello, Daniel Rincón, profesional del Centro de Innovación y Tecnología de Ecopetrol, explicó el interés de la compañía petrolera «en entender la conexión fuente-sumidero para lo cual se tomarán testigos de sedimentos para caracterizar sus estructuras sedimentológicas, así como analizar sus propiedades mineralógicas y geoquímicas en el laboratorio».