Opinión

La semana pasada la Fiscalía dio a conocer la captura de una banda dedicada a estafar maestros, con el trámite de títulos de pregrados falsos; el modus operandi de la banda era ofrecer cursos de profesionalización, en supuestos programas de licenciatura, a los cuales se asistía una vez cada 15 días durante un año, al cabo del cual las personas se hacían acreedoras de un título universitario. En esta ocasión la banda criminal utilizó como fachada la papelería y símbolos de La Universidad del Atlántico.

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Como he mostrado en otras columnas, la nómina estatal de profesores vinculados a escuelas y colegios oficiales de Colombia tiene un alto porcentaje de maestros sin título universitario; este porcentaje puede estar cercano al 15%, representado entre 60.000 y 70.000 maestros que necesitan profesionalizarse.  Los datos más consolidados son los que presenta Antioquia en donde la cantidad de maestros sin título universitario está cercano a los 3.400.

Sobre la profesionalización de los maestros

Por otra parte, el nivel de cualificación de los profesores oficiales con títulos de posgrado sigue siendo marginal en Colombia, lo que ha motivado al Ministerio de Educación Nacional a desarrollar el Programa de Becas para la Excelencia Docente, consistente en financiar estudios de posgrado a profesores oficiales en programas de maestría, en la modalidad de profundización, en universidades que gozan de acreditación de alta calidad. Este programa tiene como objetivo formar cerca de 15.000 profesores, cifra que escasamente representa el 4.5% del total de la nómina oficial de Colombia.

Los anteriores datos relacionados con la formación de los maestros y profesores oficiales de Colombia, muestran un desafío inmenso en el desarrollo de una política pública dirigida a nivelar a los maestros que no tienen título universitario y a cualificar a los profesores que aún no tienen un título de posgrado; ambos aspectos son decisivos a la hora de mejorar las condiciones laborales y salariales de los docentes, en la medida que el escalafón docente establece los ascensos y la asignación de la remuneración atendiendo a los títulos universitarios y a la evaluación profesoral. Algunos estudios desarrollados en Antioquia han encontrado correlación entre el logro escolar de los niños con las condiciones laborales y académicas de los profesores.

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La verdad es que la capacidad institucional del Estado, representada en sus universidades públicas y privadas, resulta insuficiente a la hora de proponer un programa con cobertura universal para formar en programas de pregrado y posgrado a los maestros y profesores colombianos que ya están vinculados al magisterio estatal. Lo anterior es aprovechado por las bandas criminales para crear programas académicos ilegales, sin respaldo institucional, que de forma fraudulenta roban los escasos recursos familiares de los maestros.

Por otra parte, la escasez en la oferta de programas académicos de pregrado y posgrado en educación en Colombia, ha permitido que aparezcan ofertas académicas provenientes de países vecinos, principalmente en metodología virtual, a las cuales los docentes se inscriben buscando resolver su situación profesional. Lamentablemente muchos de estos programas no reúnen los estándares académicos de calidad que exige Colombia y por consiguiente no son convalidables.

La filosofía con la que se construyó el Escalafón Docente, Decreto 1278 de 2002, al definir la promoción y remuneración atendiendo a la cualificación del docente (títulos universitarios de pregrado y posgrado), resulta razonable y bienvenida; no obstante, la realidad del país sólo permite que un grupo reducido de los docentes lleguen a los más altos niveles del escalafón. Por lo regular estos docentes se encuentran en las grandes ciudades en donde existe una oferta amplia y variada de programas académicos disponibles para su cualificación.

El gran problema lo encontramos en el sector rural, en la Colombia olvidada, en donde la presencia institucional en muchos casos es ejercida por maestros, la iglesia u alguna organización comunitaria. La Colombia a la que no llega las universidades y por supuesto no hay oferta de educación de calidad para los docentes que la requieren.

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Este texto fue publicado en el periódico El Mundo el martes 18 de julio de 2017

Nota

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