Opinión

La Universidad de Antioquia de la mano de su actual Rector, Mauricio Alviar Ramírez, se prepara para llevar a cabo uno de los más ambiciosos proyectos de los últimos años, tan importante como en su momento fue la presentación a la comunidad del proyecto de la Sede de Investigaciones Universitaria –SIU–, me refiero al Complejo de la Salud.

Un mega proyecto de más de 50 mil metros cuadrados en el corazón de la ciudad, en lo que se conoce como el Distrito de Ciencia, Tecnología e Innovación de Medellín, rodeado de instituciones estratégicas como Ruta N, el Parque Explora, el Jardín Botánico, el HUSVP, la IPS Universitaria, el Edificio de Extensión y la Universidad de Antioquia, entre otras. El Distrito se concibe como un proyecto de Ciudad y la Alma Mater como su eje articulador.

El Complejo de la Salud desde luego enfrentará enorme retos y deberá tener la capacidad institucional de facilitar la integración y el diálogo de saberes entre las áreas de conocimiento en salud, modernizando, articulando y ampliando la infraestructura, con criterio de excelencia académica. También deberá impulsar estrategias de apropiación social del conocimiento, la interculturalidad y el desarrollo de su identidad en asuntos del área de la salud, y también de las ciencias sociales y las ingenierías. Deberá ser capaz de generar vínculos de conocimiento con los actores del Distrito, en la generación de oportunidades y de posicionamiento ante la sociedad y el entorno, tendrá que ser capaz de potenciar los factores socio-culturales como aporte al bienestar de los habitantes de la ciudad.

Es inmediato concluir que el Complejo de la Salud, generará una pléyade de oportunidades para los investigadores, profesores y estudiantes del área de la salud, sin excluir alguno de los campo del conocimiento y la cultura pues el Complejo instalará las capacidades de articulación, organizativas, físicas y de dotación necesarias para garantizar la prestación integrada de los programas y servicios educativos en salud que ofrece la Universidad de Antioquia. Claramente, los beneficios en materia de investigación e innovación serán enormes no solo para el área de la salud sino para la Universidad y la sociedad en general.

Como bien lo indica el documento de formulación del proyecto, “es el anhelo de la Universidad de Antioquia por consolidar un Complejo de Salud en que las unidades académicas se integran para actuar en temas de carácter institucional y de política en salud y también para resolver asuntos particulares de conocimiento y servicio”.

El Complejo de la Salud es de toda la comunidad universitaria, debe concebirse como un proyecto de Universidad del siglo XXI y un espacio que ofrece un amplio desarrollo para las ciencias de la vida. Esto permitirá a las unidades académicas del área de la salud, incorporar nuevas prácticas académicas, de organización académico-administrativas, facilitar la gestión por procesos, lograr objetivos comunes y promover la excelencia académica, la generación de nuevo conocimiento y su apropiación, además la responsabilidad social universitaria para el diseño de política pública en salud.

El Complejo de la Salud es una inversión a largo plazo, cuyos retornos no solo serán económicos, sino académicos y sociales. No puede verse –muchos así lo quieren hacer parecer –como hipotecar el futuro de la Universidad, por el contrario el Complejo requiere una inversión relativamente baja –a  pesos de hoy asciende a $220.000 millones– comparado con los enorme retornos que, desde luego, beneficiarán a varias generaciones de estudiantes e investigadores médicos, salubristas, microbiólogos, odontólogos, enfermeros, bioingenieros y científicos sociales. El complejo es, sin duda, una obra a la altura de las que hoy desarrolla el Departamento como Puerto Antioquia, el ferrocarril o el Túnel del Toyo, de gran impacto sobre la vida de las personas y su entorno.

Este texto fue publicado en Portafolio el 10 de febrero de 2018

Nota

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