Academia

Fotos: cortesía Plan de Desarrollo Institucional. 

En espacios de participación abierta, miembros de los distintos estamentos universitarios, muchos de ellos directamente ligados a estas temáticas, fueron consultados sobre cuáles son las necesidades que tiene la Institución al respecto, con el fin de recibir aportes necesarios para la construcción del PDI.

Tertulia sobre egresados, jubilados y pensionados

Con el objetivo de socializar los avances de la mesa de interlocución 2 –que aborda la promoción de los ciclos de vida de la comunidad universitaria– personas de estos estamentos dieron a conocer sus experiencias y propuestas.

Lavive Rebage de Álvarez, coordinadora del Programa de Egresados de la Universidad, afirmó que es importante abrir una mayor participación a este estamento, incluso en temas deportivos, y expresó la necesidad de trabajar “por fortalecer la relación de la Institución con las distintas asociaciones de egresados, que en este momento suman 43”.

Frente a esto Wilson Osorio, representante de egresados ante el Consejo de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, manifestó que se requieren recursos no solo financieros, sino también formas de comunicación para articular de manera eficiente a los egresados, jubilados y pensionados. 

Iván Ocampo, egresado de la Facultad de Medicina, dijo que egresados y jubilados son recursos valiosos, pues debido a su experiencia tienen un panorama de la Universidad en la sociedad. 

Por su parte, Francisco García, bibliotecólogo egresado y jubilado de la Alma Máter, indicó que “debe haber un compromiso con la formación continua e intergeneracional, como una manera de dignificar la existencia de los jubilados”.

De otro lado, Rosa Gaviria Zapata, representante legal de la Asociación de Jubilados y Pensionados de la Alma Máter, Ajupe, opinó sobre la necesidad de que a la asociación se le reconozca por su labor: “pedimos que se nos aporte más porque es poco el conocimiento que hay de nosotros y somos una de las asociaciones más antiguas de la Universidad”.

Inclusión

A partir de las discusiones de la mesa de interlocución 5, que trabaja el compromiso de la Universidad con la construcción de paz, con equidad e inclusión, surgió un espacio para los grupos diferenciados y colectivos que habitan la Alma Máter, entre ellos comunidades indígenas, afrodescendientes, personas con discapacidad, LGBTI, campesinos, víctimas y excombatientes. Por videoconferencia estuvieron conectados participantes de las regiones Bajo Cauca, Oriente, Urabá, Magdalena Medio, Suroeste y Occidente. 

Johan Rodríguez, filósofo, docente y estudiante de la maestría en Derecho en la Universidad, planteó que “en la Institución se distraen discutiendo asuntos de palabras y se deja de lado el verdadero fondo, que es ejecutar acciones en pro del bienestar de las personas”.  

En la misma línea, Jaime Agudelo, docente de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, afirmó que debe haber unos programas de formación que tengan los elementos necesarios para que las personas con condiciones diferentes puedan llegar a la Universidad. Para ilustrarlo, el docente contó que hay un joven sordo que no ha podido presentar el examen de admisión, pues no entiende el lenguaje en el que le están haciendo la prueba y el otro interrogante es que si aprueba el examen ¿cómo se va a garantizar su educación y permanencia?

Mariela Rodríguez, docente de la Facultad de Educación, expresó que hoy la inclusión en la Institución adolece de impactos profundos en la formación, en los saberes, en los currículos, en las formas de enseñanza y en la investigación. “Aunque está claro que tenemos un compromiso social y político como Universidad, la inclusión es una torre de Babel, está en el limbo, se debate entre perspectivas de la diversidad, de la interculturalidad y de la discapacidad”.

Selnich Vivas, docente de la Facultad de Comunicaciones, habló sobre las Cátedras UdeA Diversa y dijo que estas “son una iniciativa de los colectivos, de los estudiantes, de los profesores, de la gente de a pie, de los sabedores, de las comunidades que están fuera de la Institución, ayudando a pensar una nueva Universidad. Vamos construyendo un nuevo modo de ser, que no necesariamente tenga que responder a los tres pilares de la Universidad”.

Alexander Yarza, docente de la Facultad de Educación, planteó un horizonte de trabajo para la próxima década: “la inclusión es polisémica y no es una cosa o un estado ideal de relaciones entre los seres humanos. No nos puede significar asimilación a una cultura mayoritaria y prestablecida. Por tanto, en ciertos debates ese concepto es restrictivo y no permite generar unos diálogos de saberes más potentes”, e invitó a entender la inclusión desde una perspectiva relacional y que en los próximos diez años sea un principio de la Institución, mas no un estado o una cosa terminada.

Algunos participantes solicitaron realizar otro encuentro para continuar con la discusión, que se realizará el jueves 23 de marzo de 2017, a las 10:00 a.m., en el auditorio 1, del piso 2 del Edificio de Extensión.

Modelos educativos

Como parte de los debates de la mesa de interlocución 1 –formación integral y generación de conocimiento para el impacto pertinente, innovador y transformador en los territorios, en interacción con el mundo, mediante la articulación de los ejes misionales– se llevó a cabo la tertulia sobre modelos educativos. 

Guillermo Londoño, ex-vicerrector de Docencia, declaró que “cuando se habla de modelos académicos o pedagógicos se está pensando en las estrategias formativas que la Universidad debe implementar en el marco de su desarrollo como institución de educación superior”, y agregó que las propuestas formativas de la Universidad no se pueden pensar por fuera de las de otras universidades nacionales y del mundo. “Hoy no puede haber un proceso formativo que no sea legible para otras instituciones a nivel internacional; los estudiantes y egresados deben ser capaces de adaptarse a contextos diferentes y de relacionarse con otras culturas”. 

Entretanto, Jorge Antonio Mejía, filósofo y profesor de la Alma Máter, hizo alusión a una formación integral que haga honor al espíritu universal, donde la literatura, la formación humanista, la flexibilidad para acceder a la información y al conocimiento, el compromiso ético con la sociedad, la formación ciudadana y política, la ciudadanía informada y la educación de las emociones personales y sociales puedan hacer posible la vida en sociedad y la realización del ser humano. 

Elvia María González, decana de la Facultad de Educación, abordó los modelos educativos desde la teoría en educación con diferentes enfoques, los cuales derivan en la adquisición de herramientas para vivir en sociedad y para la transmisión de la cultura de la humanidad por medio de la formación.

Por ello un modelo académico sería más limitado debido a los objetivos idealistas que implica esta forma de pensamiento. González afirmó que “un modelo educativo que se diseñe con políticas muy generales puede articular la investigación, la extensión y la docencia, porque esto hace parte del Estatuto Profesoral, donde se estipula que esta Universidad debe aportar a la resolución de problemas de la sociedad, de la región y la Nación”.

Sobre patrimonio y cultura    

También, en el marco de la mesa de interlocución 1, los participantes dialogaron sobre la conservación, la memoria y el cultivo de los conocimientos y las artes en la Institución, tanto en el campo científico como en el patrimonio arquitectónico y cultural.

Óscar Roldán Alzate, jefe del departamento de Extensión Cultural, manifestó que la Universidad tiene que preservar las formas de conocimiento, al tiempo que debe ser creadora e innovadora. Asimismo afirmó que en la Alma Máter se almacena el conocimiento humano, el cual  nunca es aprehendido en su totalidad. “La institución no puede vivir sin conocer. Por ello el arte es revolucionario, porque busca nuevas formas de conocer”.

Por su parte el curador de la colección de Artes Visuales del Museo Universitario, Mauricio Hincapié, dijo que la cultura no es un sector específico de la Universidad que sólo pertenezca al Museo, sino que se requiere del aporte de las diferentes unidades académicas para lograr objetivos a gran escala: “para construir la memoria de la Universidad se necesitan los conocimientos de todas las facultades”.

Finalmente, Alejandro Tobón, vicedecano de la Facultad de Artes, dijo que en diez años deben consolidarse unas políticas estructuradas en torno al patrimonio y la cultura, para que haya una mayor difusión de los elementos patrimoniales. “El patrimonio se está quedando encerrado en las cuatro paredes, por lo cual hay problemas de circulación de los trabajos realizados. Por ejemplo, tenemos un archivo gigantesco que no se ha organizado sobre las bandas musicales, el cual desearían conocer en otros países, pero en este momento no pueden hacerlo”, concluyó Tobón.

En marzo de 2017 se darán por finalizadas las mesas de interlocución, integradas por miembros de los distintos estamentos universitarios. A partir de las discusiones y los acuerdos logrados en estas mesas, que a su vez recogen los temas estratégicos identificados por la comunidad universitaria mediante otros mecanismos y espacios de participación, se entregará el documento final del PDI para su revisión ante el Consejo Académico. Posteriormente este pasará al Consejo Superior Universitario, instancia que deberá determinar su aprobación definitiva antes de concluir el semestre en curso.