Vida

Los cuidadores informales o personas que asumen el cuidado de los adultos mayores dependientes parecían actores olvidados, pero con la reestructuración del sistema de salud y obedeciendo a la política pública de cuidadores radicada en 2015, en Medellín se comenzaron a implementar estrategias para su cuidado y para fortalecer su vulnerable tarea, que sirve además de eje articulador entre el adulto mayor y los servicios de atención en salud. 

El trabajo con los cuidadores se constituirá en los próximos 50 años como un elemento fundamental para la salud pública, pues a mayor crecimiento de la población de adultos mayores, mejores deben ser las estrategias para su cuidado desde los centros de servicios de salud para así evitar el colapso en la prestación de servicios, y también para llevar atención domiciliaria más segura. 

Por este motivo la Facultad de Medicina, en articulación con la Secretaría de Inclusión Social y Familia, mediante la Unidad de Personas Mayores AMAUTTA, diseñó para la ciudad Cuidadores, curso formativo para cuidadores informales, que tuvo como objetivo acompañar y capacitar en habilidades para el cuidado físico y emocional del adulto mayor.

“La idea de perder a mi mamá me tenía de psicólogo, no resistía que se enfermara, pero en este proceso con el acompañamiento de la gerontóloga, la médica y la psicóloga, he aprendido demasiado. En este momento tengo la conciencia y la tranquilidad del cuidado que le doy a mi mamá. Hasta les enseño a mis hermanas”, comenta Gladys de Socorro Giraldo, cuidadora que hizo parte de este proceso.

Carlos Alberto Palacio Acosta, decano de la Facultad, asegura que el comienzo de esta red de cuidadores, con el respaldo y acompañamiento del personal médico, impactará en gran medida en la salud pública de la ciudad. “Está demostrado a nivel internacional que para preservar la calidad de vida del adulto mayor se debe trabajar con los cuidadores en un manejo básico de las enfermedades más comunes, en la salud mental del cuidador que está permanentemente en contacto con el sufrimiento del enfermo, en las dinámicas familiares y debe existir una articulación de su labor con el sistema de salud mediante el diseño de estrategias de seguimiento domiciliario para evitar recaídas del paciente, como es el caso de la Llamada Saludable”. 

Esta es una estrategia de atención domiciliaria que acompañó a los cuidadores gracias a la articulación con el Living Lab. Mediante una llamada semanal se monitorea la salud del adulto mayor, se dan recomendaciones y sobre todo se hace seguimiento a la salud mental del cuidador. 

“Para mí la llamada fue lo máximo. Es que no parecía que me estuvieran preguntando por un enfermo, porque me daban recomendaciones, me animaban, sentía mucho acompañamiento. Valoré muchísimo más esta estrategia cuando a una compañera se le cayó la mamá y se pudo comunicar con la consola para recibir indicaciones de qué hacer”, agrega Gladys.

Luis Bernardo Vélez, secretario de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos de Medellín, acompañó en la certificación a los 236 cuidadores que con mucho afecto y sacrificios han cuidado a sus familiares y amigos, algunos de ellos lo han hecho por más de cinco o incluso diez años. 

“Esta estrategia representa calidad de vida y dignidad para los adultos mayores, es reivindicar el trabajo de los cuidadores en la sociedad.  Además, responde al Plan de Desarrollo de la ciudad, que pretende disminuir los niveles de institucionalización, pues no podemos permitir que los abuelos sigan llegando a instituciones en condiciones deplorables y una estrategia muy eficaz y además llena de amor, protección y vínculos, es tener a los cuidadores al servicio”, comentó el secretario.