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Jurídico

La Universidad tiene que transformarse

09/10/2017
Por: Redacción periódico Alma Máter

El Plan de Desarrollo 2017-2027 que aprobó el Consejo Superior Universitario en julio le muestra una hoja de ruta a la Universidad de Antioquia en la próxima década. Pero es apenas el principio. Porque el Plan fija metas y desafíos, y obstáculos que debe salvar la institución para sacar adelante los propósitos allí establecidos. 

Diálogo con el rector Mauricio Alviar Ramírez. Rector, la Universidad ya tiene, una carta de navegación para los próximos diez años ¿Qué sigue?

—Sigue la socialización e implementación, o sea, materializar ese plan de desarrollo —que es una hoja de ruta, un norte para la Universidad—, en los planes de acción de las unidades académicas y de la rectoría.

Si bien se construyó participativamente, ¿cómo acercar ese plan a la comunidad universitaria?

—Eso hace parte de la estrategia de socialización del Plan que ya se empieza a desarrollar usando todos los mecanismos y el sistema de comunicaciones de la Universidad. Hay que lograr que todos los estamentos y la sociedad conozcan los seis temas estratégicos para mantener una conexión con todo lo que hacemos en la Universidad y ese norte.

¿Cuál de los temas estratégicos plasmados en el PDI le llama más la atención?

—Los dos primeros: el que tiene que ver con la formación integral y el que tiene que ver con los ciclos de vida de los estamentos de la Universidad, es decir, estudiantes, profesores, empleados, egresados, jubilados. En esos dos tienen que estar puestas todas nuestras energías, recursos y capacidades. Sin embargo, el cinco, que tiene que ver con la construcción de paz, y el seis, que es el relacionado con la sostenibilidad ambiental y la biodiversidad, son dos temas estratégicos que están apuntando a dos realidades, una nacional, que es la construcción de paz a partir de la firma de los Acuerdos de La Habana y ojalá lleguemos a una situación similar con el ELN, y otra, de la incumbencia de todo el planeta, el cambio climático, la sostenibilidad ambiental; y, en el caso de Antioquia, la preservación y aprovechamiento sostenible de nuestra biodiversidad. Esos temas estratégicos son novedosos en este plan de desarrollo en relación con los anteriores y responden a una coyuntura nacional y mundial absolutamente determinante de la evolución de la Universidad y de la propia sociedad.

¿Cuál es el escenario actual para adelantar el Plan?

—En los dos temas de la paz y de la sostenibilidad ambiental, la Universidad ha venido trabajando en la Mesa Universitaria por la Paz; ahora la idea es canalizar todas las iniciativas, proyectos, programas en asocio con las instituciones nacionales, regionales e internacionales que van a trabajar en esa dirección, en la construcción de paz, para poner al servicio de esos proyectos toda la capacidad de la Universidad y sus ejes misionales. Yo he planteado la necesidad que tenemos de construir una matriz en donde, por un lado, están todas las unidades académicas y, por el otro, los programas que, desde la docencia, la investigación y la extensión, cada una de esas unidades académicas va a aportar a la construcción de paz. Lo que hemos venido haciendo en regionalización es un aporte a la paz, pero ahora tenemos que avanzar en capacitación, formación, nivelación de víctimas y excombatientes y adelantar proyectos concretos como el Centro de agrobiotecnología para la integración de los territorios que, con un componente científico-académico, pueda capacitar excombatientes en agroindustria.

Por su quehacer, el conocimiento acumulado, la experiencia, la innovación, la Universidad tiene toda la autoridad académica, moral y social para desarrollar este tipo de proyectos que van a ser indudablemente una contribución a la construcción de paz, y a la protección del medio ambiente, con los grupos de investigación en todas las áreas que han venido trabajando la sostenibilidad ambiental y el desarrollo territorial basado en la protección de los recursos naturales.

Desafíos para la Universidad en la década venidera

—Sin lugar a dudas un desafío es el financiamiento de la educación superior. Si bien hemos logrado algunos recursos adicionales de base presupuestal gracias a la gestión que se hizo en la reforma tributaria, seguimos teniendo un reto grande para lograr mayor apoyo financiero con el departamento de Antioquia, con el municipio de Medellín y los demás municipios donde la Universidad tiene sedes. Además, la Universidad también tiene que pensar en una dinámica de transformarse a sí misma. Si las universidades no nos transformamos, si no nos ponemos en una órbita que responda a los desafíos del mundo, vamos a quedar como una buena institución del siglo XX. Necesitamos entender las dinámicas nuevas del mundo, de las tecnologías de las comunicaciones, de la integración de los saberes, de pensar en los estudiantes del presente y del futuro. Ese me parece a mí un desafío quizá más importante que el propio financiamiento.

Frustraciones en el proceso de configuración del plan

—Me parece que faltó más preocupación de la comunidad académica por los temas de ampliación de la infraestructura física. Siendo la ampliación del campus una necesidad tan sentida, es una pena que no hubiera quedado tan explícita.

¿Qué universidad tenemos hoy y cuál se visualiza en diez años?

—Hoy tenemos una Universidad de Antioquia muy buena, que ha profundizado mucho en la investigación científica y que tiene que seguir manteniendo esa misión investigadora, pero en diez años debe ser una universidad innovadora, que se innova a sí misma y contribuye al desarrollo de los territorios, pero con la excelencia académica como meta irrenunciable. Hoy tenemos una universidad muy buena, con un potencial enorme, pero en los próximos diez años ese potencial hay que volverlo real, y eso lo lograremos en la medida en que mantengamos la investigación y avancemos en la innovación tanto tecnológica como social.

¿Qué cambios mentales, físicos y demás hay que dar para alcanzar ese escenario?

—El primer giro que hay que dar es una apertura a los cambios. La Universidad no puede seguir aferrada ni al pasado, ni a espacios físicos, ni a concepciones académicas que hoy requieren transformación; ese es el primer giro que hay que dar: abrir la mente a los cambios que la sociedad nos está impulsando a dar. Eso es lo que yo llamo la transformación y la innovación sobre sí misma. Otro es definitivamente la ampliación del espacio físico, sobre todo en Medellín, pues en las regiones ya se han hecho avances importantes. El otro giro es lograr que los espacios de la Universidad sean real y comprometidamente para la academia y la cultura. No puede haber otro tipo de actividades en la Universidad distintas a la academia y la cultura, incluido el deporte, por supuesto.

 

Aciertos y desafíos

El Plan de Desarrollo es muy ambicioso porque busca transformaciones esenciales como la regionalización; es necesario generar un proceso de descentralización con las sedes regionales para que se vuelvan más autónomas”, sostiene Jaime Restrepo Cuartas, representante de los exrectores en el Consejo Superior Universitario, CSU. Del PDI 2017-2027 que aprobó en julio la Corporación resalta, de igual modo, el propósito de consolidar la investigación y la transferencia tecnológica hacia los sectores social y productivo. Señala que se deben fortalecer más los posgrados, sobre todo en las regiones, tanto las especializaciones y maestrías y, desde luego, los doctorados, “pero debe hacerse un énfasis en que son principalmente para hacer investigación y no para cargos directivos”, dice, y considera que un grave problema que hay en el país es la desfinanciación de la educación superior, la ciencia y la tecnología, por lo que “la Universidad debe fomentar la búsqueda de recursos propios”.

Para la decana de la Facultad de Educación y representante del Consejo Académico ante el CSU, Elvia María González Agudelo, el desafío principal es lograr que toda la comunidad universitaria incorpore el Plan y se pueda llevar hasta los planes de acción, es decir, “interiorizarlo como parte del alma universitaria”. Observa que siempre debe hacerse un énfasis en la educación de calidad, la articulación de la investigación, la extensión y la docencia, y considera que para tener un proyecto de Universidad que sea claro “hay que trabajar de forma articulada para lograrlo; además, es muy importante seguir jalonando la investigación sin descuidar la docencia”. Coincide en que la educación es pública y el gobierno tiene la obligación de presupuestar los recursos necesarios, “pero ahora estamos sin financiación porque son muchos años trabajando con los mismos recursos. El Estado nos debe ayudar mucho más”.

El representante profesoral en el CSU, Carlos Arturo Morales Vallecilla, identifica tres desafíos principales para la Universidad, a propósito del PDI. El primero —señala—, es mejorar la cultura de la participación y del trabajo en equipo de toda la comunidad académica. El segundo, adelantar gestiones y acciones políticas y sociales que permitan una adecuada financiación de éste y de todos los planes de acción de las universidades públicas, abocadas a una terrible desfinanciación materializada en programas como Ser pilo paga, el traslado de recursos de las regalías a la construcción de vías terciarias y el recorte del presupuesto de 2018 para ciencia y tecnología en un 41,6 por ciento. Tercero, “se requiere profundizar en el tema de la democracia y la participación, que siempre se soslaya (y así lo hizo este plan) y no se asume con determinación al interior de la Universidad”. Tras aclarar que en ambos debates votó negativamente el Plan, “con base en las críticas que hicimos respecto de la metodología utilizada para su elaboración y los déficits que, a nuestro modo de ver, tuvo en lo referente a los indicadores de gestión”, considera acertado haber incluido en este Plan el enfoque territorial, la equidad y la paz.

Carlos Alberto Giraldo Giraldo, representante de los egresados en el CSU, observa, de un lado, que se trató de un debate muy intenso porque hubo muchas contradicciones en los puntos de vista, y, del otro, que en comparación con otros planes de desarrollo, el actual recién aprobado fue el de mayor participación, aunque “mucha gente estuvo ajena al proceso y se convirtió en una especie de selección de interesados y el resto de la comunidad quedó por fuera de esa discusión”. Considera entre los desafíos desarrollar una nueva pedagogía porque la Universidad no tiene un gran proyecto educativo institucional. “Ese proyecto debe hablar de una educación para los nuevos tiempos; todavía estamos muy apegados a las formas tradicionales en la relación profesor-alumno; creo que eso debe transformarse”, afirma, y plantea que la investigación tienes muchos retos, porque está muy amenazada por la intervención de las corporaciones que están interesadas en manipular el conocimiento para sus intereses particulares.

Antonio Yepes Parra, representante del Presidente de la República en el CSU, resaltó que el proceso que se adelantó para configurar el PDI tuvo una dirección técnica seria e inteligente que implementó un amplio proceso participativo a diferentes niveles, y dijo que el plan no es un documento rígido; exige evaluaciones periódicas. Exhortó, asimismo, a “Conformar una auténtica comunidad crítica de profesores y estudiantes”, como lo dijera Habermas, y a participar activamente en el proceso de paz que adelanta el país, “contribuyendo a su consolidación y oponiéndonos a la polarización que estimulan las fuerzas de la extrema derecha”. Cuestionó, asimismo, Ser pilo paga, “puesto que en su aplicación se están destinando recursos que corresponden a la universidad pública”. Aseguró que el PDI se sintetiza en programas que exigen participación de los gobiernos nacional, departamental y municipal. “Es necesario que la Alcaldía de Medellín destine recursos para la Universidad de Antioquia, puesto que un gran porcentaje de nuestros estudiantes son residentes en la ciudad”, concluyó.

La viceministra de Educación Superior, Natalia Ruiz, dijo que Universidad de Antioquia siempre ha sido líder en planeación, y fue la primera institución de educación superior que hizo un plan a largo plazo. “Lo más importante de este proceso es que se trata de un ejercicio que parte de la experiencia, teniendo siempre en la mira la calidad de la educación”. Subrayó que el ejercicio que ha hecho la Universidad con el camino seguido para definir el PDI 2017-2027 es muy valioso “y los seguiremos acompañando en el norte que se ha propuesto. En la medida en que nosotros podamos fomentar ese desarrollo de planes específicos a nivel de país, mucho mejor”, dijo, y agregó que el plan de desarrollo institucional “es una combinación entre la historia y lo que exige la dinámica de la sociedad. En esa medida, esta Universidad responde a ambas cosas por haber construido el Plan así y porque es un reto ambicioso a largo plazo”.

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