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Fotografía: Felicidad en trabajo, más que una utopía, una realidad que se puede concretar. Cortesía: elempresario.mx. Imagen libre de derechos de uso.

Más allá de la emoción placentera que se asocia a la consecución de un logro personal, a la compra de un artículo o al disfrute de un placer, esquemas en los que se encasilla la felicidad en el trabajo, está la relación que un sujeto puede establecer entre emociones positivas, gratificación y sentido en el trabajo.

Como lo explicó Alejandro Sanín, sicólogo egresado de la Universidad de Antioquia, la felicidad en el trabajo no es algo que dependa exclusivamente de otros, llámense empresa, directivos o compañeros de trabajo; sino que es aquello que cada quien va construyendo poco a poco; es un proceso en el cual se involucran individuos y colectivos, donde además se gestiona el bienestar de todos.

Felicidad y optimismo en el trabajo es el título de la investigación que realizó Alejandro Sanín en el curso de su doctorado en la Universidad Jaime I, España, en la cual se aborda la felicidad desde una perspectiva multidimensional, que la define como «característica personal estable que lleva a las personas a tener un estado de ánimo predominantemente positivo, a vivir experiencias gratificantes y articular lo que hace con un propósito que da sentido a su vida».

Esta discusión conlleva a plantearse posturas críticas y éticas frente a la lógica economicista, porque como plantea el profesor Sergio Oquendo, de la Facultad de Ciencias Económicas, «la lógica predominante en el mundo contemporáneo es una que desconoce al ser humano, instrumentaliza el conocimiento y explota los recursos naturales».

En este sentido, la propuesta es una postura ética de respeto por el ser humano y por el planeta, y de escuchar a los sujetos que participan en los distintos procesos productivos.

Por eso, para Sergio Oquendo, «el sindicato es la respuesta a múltiples malestares en el ámbito laboral, desde estilos de dirección con jefes psicópatas hasta sobrecarga laboral, estrés y alta rotación de personal, que inciden en el bienestar de las personas».

Gestionar la felicidad

Según una definición de la Organización Mundial de la Salud, el bienestar y la salud no son opuestos del malestar y la enfermedad. La simple ausencia de estados patológicos, físicos o mentales, no es sinónimo de bienestar y salud. Por eso, para Sanín la felicidad en el trabajo es una propuesta que han de gestionar las personas con el apoyo de las organizaciones.

En el proceso de investigación surgieron preguntas como ¿Qué es la felicidad en el trabajo?, ¿Qué rol juega la satisfacción laboral en función del desempeño laboral?, ¿Cómo afecta el tipo de contrato la felicidad y el optimismo de las personas?. A estas preguntas se suman otras relacionadas con el estrés, el acoso laboral, la rotación de personal y el papel de los sindicatos en las empresas.

Las respuestas a estas preguntas no son fáciles. Sin embargo, para Alejandro Sanín hay un asunto de base que es cómo las organizaciones garantizan necesidades básicas y derechos fundamentales de los trabajadores como la dignidad, el respeto, el buen trato y la estabilidad laboral que contribuyen el bienestar de las personas, lo que a su vez redunda en beneficio de las empresas.

Para algunos teóricos consultados por Alejandro Sanín, el término felicidad laboral se asocia con productividad, en tanto otros consideran que es el bienestar el que incide en el desempeño de los trabajadores.

Sin embargo, el debate acerca de estos temas está abierto por cuenta de situaciones reales como el estrés en el trabajo que conlleva daños psicológicos en las personas, generando situaciones como ausentismo y baja productividad.

Las propuestas

Para Alejandro Sanín los conceptos de felicidad y optimismo en el trabajo tienen efectos en el desempeño y la productividad organizacional, asuntos que a su vez inciden en el crecimiento psicológico de las personas, su desempeño y la satisfacción con la vida y con el trabajo.

Entre los aportes teóricos que propone su tesis están: la revisión del concepto de felicidad en el trabajo; la distinción entre felicidad, satisfacción, bienestar subjetivo y satisfacción con la vida; la inclusión del concepto de crecimiento psicológico; la comprensión del rol de la satisfacción laboral en función del desempeño y del rol de la felicidad en general y en la vida en función de la satisfacción con la vida, y la revisión de estrategias aplicables al mundo del trabajo en Colombia para mejorar la felicidad y el optimismo.

Sanín plantea implicaciones prácticas aplicables en distintos escenarios, como por ejemplo, que las empresas y los gobiernos puedan tomar como base las diferencias conceptuales entre felicidad, bienestar subjetivo y satisfacción con la vida para formular políticas que les permita aportar realmente a cada una de esas variables.

De igual manera se explica que las organizaciones pueden formular estrategias de incremento de la satisfacción laboral, entendiendo que sus efectos se darán tanto al interior de la organización como de la sociedad y en el cumplimiento de normas. Así mismo, las áreas de gestión humana podrían contar con las herramientas teóricas y prácticas para insistir en la conciliación de la vida privada con la laboral.

El trabajo de investigación propuso dimensionar el tipo de contrato de trabajo como una realidad que no logra afectar la felicidad; en este sentido se advierte que el efecto del contrato de trabajo podría deberse más a cómo se trate a las personas por razón de su tipo de vínculo con la organización que por la denominación del vínculo en sí mismo.

La felicidad en el trabajo continuará generando debates en el entorno laboral y en la vida de las personas, sin embargo este debe ser abordado desde una postura ética, que permita entender que las personas no están obligadas a ser felices, para no caer en las trampas del miedo y el mercantilismo.