Opinión

En Colombia, con los diálogos en el proceso de paz con los grupos armados ilegales y la lucha contra el narcotráfico, surgieron “las víctimas", pero previo a esto eran invisibles y silenciosas. Claro que estas víctimas son solo un segmento de la población colombiana que sufre todo tipo de victimización: desde niños hasta adultos mayores, hombres y mujeres, habitantes de ciudades, campesinos e indígenas.

Victimización que se da en diferentes espacios y de diversas formas: en el hogar, en el trabajo, en la calle, en el campo, y hasta en las iglesias; violencia intrafamiliar, maltrato infantíl, acoso sexual y violación con los consiguientes embarazos no deseados, abuso de poder, no reconocimiento de derechos, desplazamiento forzado, amenaza e intimidación, robo, extorsión, negación o baja calidad en la atención en salud, irrespeto a las diferencias culturales, raciales, etc.

Adicionalmente, la falta de conciencia ambiental, el no cumplimiento de normas, la poca actuación gubernamental y el afán de lucro en empresas e individuos, producen victimas por daños ambientales, que afectan no solo a los humanos, sino a la fauna y flora del país, por contaminación del aire, agua y suelos, transformación del uso del suelo, deterioro de cuencas, tala de bosques y minería, que causan desastres que finalmente conllevan a desplazamientos humanos y de fauna, muerte de individuos extinción de especies, deterioro de cultivos y pérdida de cosechas, etc.

Pero todo esto seguirá, pues prima el crecimiento económico, el extractivismo, el lucro individual, el consumismo, etc. Y se incrementan cada vez más las víctimas en su mayoría invisibles y silenciosas; no se denuncia o si se hace, no hay acciones, o en respuesta hay amenazas y hasta muerte por denunciar.

Siguiendo el lema “no se quede callado, denuncie", voy a referirme a un caso particular y es el de adultos mayores pensionados por la Universidad de Antioquia, el Seguro Social y posteriormente Colpensiones. Un segmento particular de pensionados cobijados por la figura de Subrogación, por estar en un régimen de transición, y de acuerdo con la Resolución Rectoral 12094 del 4 de mayo de 1999. En esta Resolución la Universidad se subrogó en la parte de la obligación que tiene y no reconoce al Instituto de los Seguros Sociales (primas de navidad, vacaciones y semestral) que constituyen factor salarial, de acuerdo con lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 36 de la Ley 100 DE 1993.

La Universidad se subrogó voluntariamente en los derechos y acciones de los servidores públicos que cumplieron las condiciones señaladas en la Resolución Rectoral 12094. Se trató de un pago voluntario por parte de la Universidad no de una obligación legal, hasta que el Seguro Social y posteriormente Colpensiones asumieran a motu propio o por orden judicial esta obligación. La Resolución Rectoral 12094 fue derogada en el 2012, pero la Universidad no desistió del pago de la subrogación. 

A la fecha hay un poco más de 600 pensionados cubiertos por este régimen de transición y subrogados por la Universidad de Antioquia, y se han realizado acciones primero ante el Instituto de Seguros Sociales y posteriormente ante Colpensiones, para que modifiquen las liquidaciones conforme a lo liquidado por la Universidad, pero sin resultados. 

La denuncia de este escrito es para visibilizar una acción que tomó la actual administración de la Universidad en cabeza de su rector y un abogado, al menos es mi caso particular, pero ya se de otros casos y seguirán hasta cubrir a todos los subrogados. Me pensioné en el 2003, y después de 15 años la Universidad me envía un comunicado y un documento de 24 páginas que en conclusión me demanda a devolver el dinero que recibí por subrogación, que en mi caso corresponde a $240.196.435.90.

Y aquí viene mi introducción sobre la victimas invisibles y silenciosas. Cada uno está llevando su demanda de manera individual y a costos no solo de tiempo, sino de dinero y afectación psicológica.  No todos los días recibimos demandas, cobros de esta naturaleza y entender el vocabulario jurídico, al menos no yo como bióloga. De entrada, nos sentimos delincuentes por un delito que no cometimos ni forzamos a cometer.

Me presente a notificarme con mi abogado al Tribunal Administrativo de Antioquia y de aquí en adelante le entregue poder para que me represente, pues ni por conocimientos, ni por edad, ni por salud, estoy en condiciones de asumir esta demanda sola. No hay pronunciamientos de ningún ente, que denuncie, critique, o investigue esta situación.

¿Estamos como adultos mayores preparados para afrontar ser víctimas de nuestra Alma Mater en cabeza de su Rector actual?.  ¿Somos culpables de dolo al erario público por haber recibido dinero legalmente amparado en una norma universitaria?. ¿Nos merecemos este trato, después de años entregados a la Universidad de Antioquia con trabajo, respeto, honestidad, responsabilidad y conocimientos?.

Nuestros ingresos cubren nuestras necesidades, en algunos casos sin apoyo de una pareja e hijos, pero puede ser que algunos todavía tengan responsabilidades familiares y crediticias.

 A la fecha conozco al menos un fallo del Consejo de Estado en el caso de uno de los subrogados, en el que finalmente después de 5 años del proceso no está obligado a devolver el dinero recibido.  ¿Si este va a ser el fallo para todos los demandados, que logra la Universidad con esta demanda?.  ¿Que necesidad hay de crearnos esta angustia? Solo se incrementan nuestros gastos con el pago a un abogado, transporte y pagos adicionales en papelería fotocopias, notariales, etc. etc. 

Si la Resolución Rectoral 12094 fue derogada, hubiera sido más sencillo para la Universidad suspender los pagos a los pensionados y solo cumplir con el costo de una notificación entregada a todos, y cada uno en su momento, ajusta su bolsillo conforme a lo que recibe de Colpensiones.  

Me pregunto, ¿que tan mal económicamente puede estar la Universidad, al pretender arrancar a cada pensionado este dinero entregado?  ¿Hacia dónde va dirigida esta acción? ¿No merecemos los pensionados un trato más cortés? No solo por ser mayores sino por haber sido servidores de la Universidad de Antioquia. No somos desechables, permanecemos visibles y ¡no nos quedamos callados¡

Nota

Este es el espacio de opinión del Portal Universitario, destinado a columnistas que voluntariamente expresan sus posturas sobre temáticas elegidas por ellos mismos. Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores y no reflejan una opinión o posición institucional de la Universidad de Antioquia.