Opinión

En medio de villancicos, vinos y parranda,

aceptamos los diferentes, infieles y traidores,

sin odios, envidias ni rencores;

tiempo de respeto y perdón.

Ocasión para el regocijo, aguinaldos y novenas,

somos generosos, nos colma la caridad,

compartimos el gozo y las carencias con todos en nochebuena;

temporada de alegría y fraternidad.

Ronda de natilla, buñuelos, tamales, pavos y pernil,

aceptamos críticas y juicios, el bullicio y el exceso,

hay tolerancia, respeto y humildad;

época de armonía y de amistad.

Turno para los pesares, cambios y arrepentimientos,

nos volvemos fantasiosos, románticos y optimistas,

con planes, augurios, promesas y propósitos;

aires de fe, prosperidad y esperanza.

Ambiente de luces y de estruendos,

deseosos por disfrutar con los nuestros,

los excluidos, los desarraigados y los ausentes;

temporada de aflicciones y añoranzas.

Pintamos el cielo con arco iris y estrellas fugaces,

dejamos a un lado de la vida la competencia,

las penas y la misma subsistencia;

instantes de olvido, alegría y oraciones.

Nos conmovemos con los desprotegidos,

amparamos a los ancianos y los niños,

bondad a menesterosos y abandonados;

época de acercamientos y solidaridad.

Se abraza la vida y se disfruta al amigo,

recuperamos el alma de niño,

escuchamos el corazón y perdemos la razón;

soplo de magia y de sorpresas.

Crisol de culturas con sus mitos y leyendas, nieve o sol,

trineos, ciervos, arbolitos, velitas, pesebres, tarjetas y globos,

Jesús, María y Niño Dios, Santa Claus, San Nicolás y Papa Noel,

festejo de todos, de paseos, cenas y nochebuenas.

Encuentro esperado de amigos, parentela y generaciones,

baraja de pilatunas, recuerdos e ilusiones,

bromas, inocentadas y travesuras;

fiesta de recogimiento y tradiciones.

Ambiente navideño con poisetias y alumbrados de colores,

integra pueblos y familias, acerca a ingratos y rivales,

nos abstrae de la existencia tornándonos felices;

fecha de reconciliación y de treguas.

Estación de entendimiento, sagrada y pagana,

abundan reflexiones sociales, ambientales, familiares y personales,

con humildad nos relacionamos como si todos fuésemos pares;

pausa para los pactos y las alianzas.

Olvidamos las injusticias y las inequidades,

pareciere como si emigraran los delincuentes y los corruptos,

se asienta en todos la armonía y la igualdad;

momentos paradisíacos, alejados de la maldad y la necesidad.

Sentimos la vida como lo mejor que nos ha llegado,

vemos al mundo como lo soñamos,

nos convertimos en los seres que queremos ser;

homenaje a la gratitud, a la paz, a la solidaridad y al amor.

Ansiamos que el ánimo impregne la enrarecida realidad,

se prolongue en el año en todos los encuentros y rincones,

acampe por siempre en las entrañas de leales y detractores,

y este espíritu invada de lleno los días de nuestras vidas.

Nota

Este es el espacio de opinión del Portal Universitario, destinado a columnistas que voluntariamente expresan sus posturas sobre temáticas elegidas por ellos mismos. Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores y no reflejan una opinión o posición institucional de la Universidad de Antioquia.