Opinión

La Seccional Oriente seduce los sentidos. Trata amigablemente el olfato, la escucha y la vista, allí se respira aire puro y limpio por la vegetación que la rodea. Se escucha tranquilidad, con el cántico de los pájaros y el caer del agua en el lago de nuestra casa de estudios. Los ojos se deleitan con la diversidad de colores que alcanza percibir, las distintas tonalidades de verdes y el gran lago con la vegetación que crece en su superficie.

El ambiente de la seccional Oriente, “la finca” como es llamada por muchos estudiantes y funcionarios, es tranquilo, amistoso y está en sintonía con la naturaleza, bordeada por la quebrada La Pereira y el cerro El Capiro. Hay lugares especiales, como la “cafetería” que además de ser restaurante y tienda, es el punto de encuentro, descanso y de socialización para la mayoría de los estudiantes.

El “aeropuerto” también es un lugar muy especial, porque es en el único espacio de la seccional donde se percibe fácilmente la diversidad de actividades y relaciones que las personas tejen con la Universidad. Es un lugar para hacer deporte, estudiar, dormir, comer, conversar, hacer música, arte, bailar y disfrutar de los paisajes que nos regala cada atardecer.

Y si este escrito es sobre la Universidad es necesario hacer referencia a los bloques de estudio. El de arte tiene magia, colores, aguza los sentidos y los estudiantes artistas son los que le dan el sello de diferencia respecto al resto. También están los bloques 1 y 2, ordenados y bien equipados para las clases.

Aunque los bloques de clase tienen todas las comodidades para desarrollar clases magistrales, a estos les hace falta más diversidad y lugares de crítica; espacios que sensibilicen a los estudiantes y los invite a agudizar sus sentidos. Las aulas de clase no deben ser los únicos espacios en la seccional para crear conocimiento y debates. Los corredores, murales y hasta el mismo piso por donde caminamos deben aportar a la capacidad de crítica.

La Universidad no puede estar aislada de lo que sucede día a día en el territorio a diferentes escalas; de los municipios cercanos, de la región, del país y mucho menos de los hechos más relevantes del planeta. La Universidad debe incentivar a los estudiantes para que sean científicos en contexto y articulen lo que aprenden en sus cursos con el mundo real.

El mundo cambia, los territorios y las personas también. Por este motivo, la seccional Oriente debe poner el conocimiento en función de los problemas que nos deben involucrar a todos como ciudadanos, porque si pertenecemos a una universidad es para generar cambios positivos en esta sociedad, y con mayor razón cuando somos estudiantes de una universidad pública como la Universidad de Antioquia.

Nota

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