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El acceso de las mujeres al mundo de la educación superior levantó, como era de esperarse, una reacción fenomenal. Los obispos volvieron a la carga y, con ellos, los conservadores; pero en este tema no estaban solos, pues los acompañaron muchos liberales “progresistas” comprometidos con la transformación de los tradicionalismos. Y así, contra las mujeres que pretendieron educarse se desató una especie de guerra santa, que empezaba en sus propias familias y terminaba con la oposición de buena parte de las autoridades civiles, religiosas, militares y culturales, pasando por la crítica de sus pares femeninas y de sus compañeros varones. No fue fácil para ellas ingresar a la universidad, pero llegaron para quedarse. Según Marcos Palacio, en 1935 hubo en Colombia solo cincuenta y cuatro mujeres matriculadas en la universidad, pero veinte años más tarde la cifra había ascendido a cuatro mil.  (María Teresa Uribe)  

El sueño de ingresar a la Universidad de Antioquia es un sueño que emociona y alegra los corazones de cada aspirante. Tal como nos lo recuerda María Teresa Uribe, solo hasta principios del siglo pasado las mujeres pudimos acceder a la educación superior, y en el anhelo de disfrutar de ésta como nuestro derecho fundamental, soñamos también que la universidad sea un espacio que nos acoja dignamente, en el que podamos permanecer y florecer.  

Las mujeres, en nuestra pluralidad, nos hemos visto enfrentadas a múltiples barreras, prejuicios, invisibilizaciones y menosprecios, productos de una cultura patriarcal, racista, clasista y capacitista, lo que nos lleva a enfrentar dificultades en nuestra permanencia y graduación.  

La universidad como casa, que se nombra abierta y plural, que cultiva el pensamiento crítico y los anhelos de transformación social, debe asumir un compromiso activo, mirar hacia adentro y transformar aquellas estructuras que siguen produciendo violencias, exclusiones y discriminaciones, para que todas podamos disfrutar nuestro paso por la UdeA en dignidad, diversidad y equidad.   

En el marco de la conmemoración del 8M, Día Internacional por los Derechos de las Mujeres, queremos invitarnos como comunidad universitaria a reconocer lo que implica para muchas mujeres habitar la universidad teniendo contextos diferentes. Como lo hemos mencionado, muchas nos enfrentamos a barreras, exclusiones y desigualdades en este intento por Permanecer en la UdeA, y entonces.

¿Cómo construimos un espacio universitario equitativo que abrigue las múltiples historias de vida? 

Reconozcamos algunas de las rutas a las que podemos acceder que hacen parte del compromiso que tiene la Universidad para garantizar un espacio libre de violencias y discriminaciones. Ruta Violeta

Si has experimentado situaciones de violencias basadas en género y/o sexuales, dentro o fuera de los campus universitarios, te invitamos a que actives la Ruta Violeta UdeA:

• Comunicándote con la Línea Violeta Te Orienta 01 8000 423 874 o escribiendo al WhatsApp 316 601 1106 para recibir orientación a cualquier hora, todos los días, incluyendo el fin de semana. 

• Para recibir atención u orientación con profesionales en psicología y derecho, puedes escribir al correo atencionvgs@udea.edu.co del Equipo Violeta de Bienestar Universitario

Conoce más acerca de la Ruta Violeta en:Ruta Violeta (udea.edu.co) 

Desde Permanencia Universitaria de la Vicerrectoría de Docencia: acompañamos, formamos y cuidamos Cocreamos una UdeA accesible, diversa y equitativa. Conoce las formas en las que podemos acompañarte: Te acompañamos en tu Permanencia en la UdeA